El ex gobernador ratificó su candidatura a presidente y habló de todo: las PASO, Cristina Kirchner, Roberto Lavagna y la situación del país. "En esta etapa de mi carrera política me manejo con el gran conductor que es el pueblo argentino y actuando con total autonomía", sostuvo.
por Hernán Kloosterman
@h_kloosterman
Daniel Scioli se subió al ring electoral y asegura que no piensa bajarse. Si bien considera que el primer objetivo debe ser alcanzar la unidad en el arco opositor, apuesta a que todo se defina en una PASO en la que asegura que será uno de los actores. “Hay que ordenar mediante la voluntad, un peronismo que está disperso y apelar a la unión de los trabajadores”, destacó en una entrevista con LA CAPITAL en el Hermitage Hotel en la que habló de la situación de Cristina Kirchner, del posicionamiento de Lavagna y de la situación económica y social del país. “Mi verdadero adversario son los problemas que tiene la gente hoy”, advirtió.
– ¿Su candidatura es inamovible?
– A partir de lo que ha sido mi trabajo a lo largo de estos meses en mi mejor oficina que son los barrios, las fábricas, los comercios, las universidades, con un denominador común que es la preocupación. El que tiene trabajo tiene miedo a perderlo o no llega ni a la primera quincena.
Ante el único camino que nos propone el gobierno de cara al futuro, anticipando que van a profundizarlo aún más, siento la enorme responsabilidad y compromiso no sólo de salir a defender a los que me han acompañado en 2015 sino también decirle a ese electorado independiente de clase media que fue en busca de un cambio para estar mejor que hoy están desilusionados sin mayores expectativas. Y los comprendo. Estamos ante una nueva oportunidad, que no es una revancha personal. Se ha profundizado la denominada grieta. Hay niveles crecientes de irritabilidad social, bronca y desazón, que está reflejado por la gran cantidad de indecisos y voto en blanco.
Hay que promover el sector privado, de ahí tienen que venir las inversiones que nos generen los dólares genuinos y los puestos de trabajo genuinos.
– A poco del cierre de listas, ¿ve posible la unidad del peronismo?
– Creo que tenemos que estar a la altura de la responsabilidad de este ciclo democrático en el que la gente nos pide: ‘únanse para defendernos’ y nos dice ‘no damos más, basta de tarifazos’. Hay dos maneras para llegar a la unidad: o se encuentra una síntesis o se desarrolla una competencia dentro de las PASO y que la gente con el voto sea la que ordene las candidaturas para ir a la contienda de fondo. En octubre se va elegir entre el camino del ajuste y el camino opuesto que es el que yo propongo.
– ¿Buena parte de la unidad depende de la candidatura de Cristina?
– Más allá de lo que haga un candidato, siento a la Argentina, siento lo que pasa, escucho a la gente y acá estoy, con mi experiencia, con mi autocrítica, adaptándome a estos nuevos tiempos y a la complejidad de la agenda que tenemos adelante. Especialmente los compromisos con el FMI en los que hay que actuar con mucha firmeza. El país necesita volver a desendeudarse y tener una fuerte promoción de una industria que hoy tiene el 50% de su capacidad inutilizada.
Al mundo tenemos que decirle que más que prestarnos plata, nos compre lo que somos capaces de producir. Mi verdadero adversario son los problemas que tiene la gente hoy. El desempleo, los 13 millones de pobres, la agonía de las pymes, el calvario de los jubilados.
– ¿La enfrentaría en una interna?
– Yo tomé una decisión y lo hago en términos de una contienda electoral defendiendo mis ideas, mi estilo, mis formas y convencido de que tengo las soluciones y sé lo que hay hacer. Que es generar un gran acuerdo económico y social, para abordar la complejidad de temas, y hacerlo con un espíritu de misericordia, paz social, sin revanchismo, sin venganza, sin odios ni rencores.
La competencia dentro de lo que es un frente electoral es buena para el país. Pero en términos de enemistad y confrontación, yo confronto ideas, como aprendí del padre de la democracia, Raúl Alfonsín, y estoy abocado a eso. Venimos de una etapa en la que todos hemos ganado y perdido elecciones y creo que hay que ordenar mediante la voluntad a un peronismo que está disperso y apelar a la unión de los trabajadores en defensa de lo que se pueda venir que es un avance mayor sobre sus derechos. El gobierno ha hecho la más dura reforma laboral que es haber bajado los salarios a la mitad en dólares de lo que estaban antes. Apelo a la unidad más que de dirigentes, de los distintos sectores de la sociedad.
– ¿Hace mucho que no habla con Cristina?
– Ayer hice público mi mensaje (por el fallecimiento de la madre de la ex presidenta). Hablamos cuando es necesario. Nos conocemos mucho y conozco su opinión de las cosas. Yo en esta etapa de mi carrera política me manejo con el gran conductor que es el pueblo argentino y actuando con total autonomía, inteligencia, pero también con respeto y mucha responsabilidad. Yo no puedo ser indiferente con esto que está ocurriendo.
– ¿En un eventual acuerdo, estaría dispuesto a declinar su candidatura presidencial y ocupar otro lugar o no lo piensa?
– No.Yo pienso en este momento no en ser precandidato sino que trabajo para conducir los destinos del país a partir de diciembre. Y para llegar a eso uno tiene que tener el espíritu sano, noble, de competencia constructiva. Mientras muchos especulan, yo no quiero hacerlo. Estoy dispuesto a ir a internas. Lo digo con todo respeto por el resto de los candidatos. Para ser campeón, les tendría que ganar a todos.
– Algunos sectores impulsan a Lavagna. ¿Cómo lo ve?
– Yo compartí gabinete con él cuando había una conducción política muy clara con Duhalde primero y con Kirchner después. Es una persona de experiencia, gran profesional y se verá dónde la sociedad, si compite, lo ubica. Argentina necesita de todos para salir adelante. El que gana gobierna y los que quedan van a tener que gobernar en lo que es acompañar y apoyar. Yo tengo esperanza. El país se ha levantado tantas veces y se va a volver a levantar.
Yo no estoy acá para recordar el debate, que es obvio que lo que había anticipado se dio, ni para describir realidades obvias. Estoy para aportar soluciones en un marco de concordia, de paz social.
– Por muy poco no fue presidente. ¿Cómo cree que está su imagen hoy?
– Las elecciones se definen cada vez más cerca del día de la votación. Más cuando hay un sector tan importante de indecisos e independientes o voto en blanco. La gente está mirando y va a haber quien le genera previsibilidad, certidumbre, confianza. Tengo la responsabilidad de decir que en la Argentina no va a ser siempre volver a empezar. Al que haya invertido en cosas positivas para el país se lo va respetar. Por ejemplo, Vaca Muerta es una política de Estado.
– Muchos pronostican un escenario de creciente polarización. ¿Coincide?
– La dinámica de las cosas, y la desilusión que siente la gente por estas políticas de gobierno que se ven reflejadas en las elecciones provinciales, pone la atención en el espacio opuesto a la política de gobierno. Ahora es fácil ser opositor pero yo me he mantenido siempre con respeto institucional. Inmediatamente, la mirada se posa en cómo salimos de esto. Y la gente también tiene presente que antes había un Estado que le cuidaba que la heladera esté llena, las ventas al comerciante, al industrial que no le vuelvan a importar lo que fabricaba acá. Esta polarización no sé hasta qué punto es buena para el conjunto del país. Lo viví de adentro en el gobierno de Duhalde, son momentos distintos, pero hay que tomar la experiencia de los distintos momentos. Y siento que esa es mi misión, haciéndolo desde mi pertenencia que es el peronismo.
A una alianza de gobierno hay que enfrentarla con una propuesta integradora de distintas fuerzas políticas.
– Muchos sectores populares votaron a Macri en la última elección. ¿Puede pasar algo similar?
– No. Y me lo dicen. Por ejemplo, las fuerzas de seguridad me recuerdan que les habían prometido que iban a ganar como los de la Metropolitana o a los más humildes que les habían dicho que no iban a perder lo que tenía. Frente a eso, evidentemente ese balance que va hacer cada persona sobre cómo le fue va a ser determinante en ese aspecto.
– ¿Cómo se ve en diciembre?
– Dios dirá y el pueblo decidirá.